Casi todo el mundo de cierta edad podría decirnos qué cosa baja escaleras, solo o en parejas y produce un sonido Slinkoso. Pero ¿un Slinky bajaría escaleras en la Luna? Tom James, hijo del inventor del juguete y autoproclamado maestro del Slinky, tiene dudas: «Se desplazaría y volvería al estado inicial. Quizá funcione en Marte, pero ¿cómo comprobarlo?».

Marc Kuchner, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, utilizó un muelle Slinky de plástico para llevar a cabo su «Hipótesis del Skinky» sobre el comportamiento del juguete en otros planetas. Al igual que con cualquier clase de muelle, el Slinky no es más que energía almacenada, y una vez que se genera la fuerza para que le hace bajar escaleras, la gravedad y la inercia hacen que continúe desplazándose hasta que llega al escalón final.

Como la gravedad de la Luna es una sexta parte de la de la Tierra, Kuchner calcula que un Slinky lunar avanzaría un 40% más despacio de lo habitual. El modelo de plástico necesitaría peldaños de al menos 17,8 cm de altura para desplazarse de uno a otro. En la Tierra los peldaños más bajos en los que el Slinky se desplaza miden 2,5 cm.

Redacción QUO