La estimulación cerebral profunda, una herramienta muy usada en la última década en ensayos clínicos vinculados al desempeño del cerebro, tiene beneficios y desventajas, dependiendo del objetivo y la región específica que se estimule. En un reciente estudio, publicado en JNeurosci y liderado por Vaidehi Natu, se analiza el impacto de esta técnica en la corteza cingulada. De acuerdo con los resultados, la estimulación empeora el recuerdo de la memoria. La técnica podría ser una forma de dirigirse a áreas específicas del cerebro en el tratamiento de trastornos de la memoria.

El equipo de Natu estimuló la corteza cingulada posterior, una región del cerebro involucrada en la memoria, utilizando electrodos insertados en el cerebro de pacientes con epilepsia para tratar las convulsiones. A los participantes se les mostraron una lista de palabras y luego se les pidió que las recordaran.

Los resultados mostraron que que la estimulación de la corteza cingulada reducía el número de palabras recordadas y modificaba las ondas cerebrales del hipocampo. Esto establece un papel directo para la corteza cingulada en la codificación de la memoria y demuestra que las memorias pueden manipularse mediante la estimulación cerebral profunda, lo que tiene implicaciones para el tratamiento de los trastornos de la memoria y de estrés post-traumático.

Juan Scaliter