Un equipo internacional de investigadores, que incluye a científicos de diferentes universidades y de la NASA, se ha enfrentado a uno de los mayores problemas de los viajes espaciales a Marte: ¿qué sucederá una vez que lleguemos?

En una serie de artículos publicados en una edición especial de Astrobiology, los científicos, liderados por Allyson Brady, se han centrado en los desafíos científicos, logísticos, operacionales y de comunicaciones del envío de astronautas al planeta rojo.

Los estudios son representan culminación de años de trabajo en el programa de investigación BASALT de la NASA, en el que participan geólogos, microbiólogos, genetistas, ingenieros y astrobiólogos de todo el mundo.

Uno de los mayores desafíos que el equipo está investigando es cómo llevar a cabo investigaciones científicas productivas en condiciones tan duras y peligrosas como las de Marte y, luego, enviar la información a la Tierra. Para ello han simulado las condiciones de la misión en escenarios que recrean, dentro de ciertos límites, el entorno marciano.

“Cuando los astronautas vayan finalmente a Marte – explica Brady en un comunicado –, necesitarán identificar el mejor lugar para encontrar evidencia de vida y apuntar al tipo de muestras de rocas de basalto que pueden contener una gran cantidad de material orgánico. Habrá muchas, muchas limitaciones en Marte, por lo que debemos considerar la mejor manera de realizar investigaciones y recopilar muestras, lo que incluye obtener comentarios oportunos de expertos científicos de la Tierra”.

El equipo de Brady y la NASA también están considerando los desafíos de compartir información cuando los científicos se encuentren a millones de kilómetros de distancia. Para ello probaron diferentes formas de comunicación (transmisiones de video y foto, mensajes de voz, mensajes de texto usando software especializado) entre investigadores de campo, que usaban los mismos medios y herramientas que tendrán tanto los astronautas como la misión de control.

“Puede haber una demora de hasta 20 minutos en la comunicación entre un astronauta en Marte y el equipo en la Tierra – concluye Brady –. Estamos trabajando para optimizar las operaciones para que los astronautas no tengan tiempo de inactividad y el flujo de información sea continuo”.

Juan Scaliter