Durante años, los científicos han advertido sobre el próximo gran terremoto, un sismo que se produciría en California y sería tan poderoso que podría derribar edificios, afectar los servicios de energía y quitarle la vida a 2.000 personas.

Para muchos este era el peor escenario en cuanto a desastres naturales en ciudades como Los Ángeles y San Francisco, que se encuentran a lo largo de la falla de San Andrés. Pero hay otro peor. Un equipo de científicos afirman que una posible mega tormenta podría inundar las ciudades y causar daños por hasta 700 mil millones de euros, más de la mitad del PIB español y también duplica los daños del gran terremoto, según estimaciones de CoreLogic.

En 2011, un equipo de expertos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) comparó la mega tormenta con las tormentas invernales de 1861 y 1862 en California, que mataron a miles de personas y dejaron un lago de 482 kilómetros de extensión en el centro del estado. Esta tormenta, bautizada como “Río atmosférico 1.000”, o ARkstorm para abreviar, podría alcanzar y superar los niveles de precipitación de eventos que solo se ven cada 500 a 1.000 años.

Y, si ARkstorm golpea, sus efectos podrían verse agravados por el fracaso de una sola pieza de infraestructura: la presa de Whittier Narrows en el condado de Los Ángeles.

De hecho, en septiembre de 2017, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos advirtieron a los residentes locales que la presa ya no cumplía con las pautas de «riesgo tolerable» de la agencia y podría fallar en caso de una tormenta muy grande. Las inundaciones y deslizamientos resultantes representan un riesgo «inaceptable» para las vidas humanas, según el informe.

Si se confirman los modelos, alrededor de 1,5 millones de personas podrían verse obligadas a evacuar debido a una inundación catastrófica, y algunas áreas serán testigos de inundaciones de hasta 6 metros. Y, a medida que las condiciones climáticas empeoran debido al cambio climático, estas predicciones podrían volverse aún más graves. Aunque los científicos no pueden identificar cuándo ocurrirá ARkstorm o el próximo gran terremoto, ambos desastres se consideran probables, si no inevitables.

Juan Scaliter