Un grupo de arqueólogos polacos, liderados por Marek Woźniak y Joanna Rądkowska, han descubierto una fortaleza de 2.300 años de antigüedad que protegía un puerto antiguo llamado Berenike, en la costa del Mar Rojo (Egipto).

Construida en un momento en que Egipto fue gobernada por la dinastía ptolemaica, descendientes de uno de los generales de Alejandro Magno, las fortificaciones son de tamaño considerable.

“Una doble línea de muros protegía la parte occidental de la fortaleza, mientras que una sola línea bastaba más al este y al norte – señala Woźniak –. Se construyeron torres cuadradas en las esquinas y en lugares estratégicos donde se conectaban secciones de los muros». Los resultados se han publicado en Antiquity.

La parte occidental del fuerte, que consta de paredes dobles, mira hacia tierra adentro, lo que sugiere que los defensores estaban particularmente preocupados por un ataque proveniente de esa dirección. La parte más grande y más fortificada de la fortaleza de Berenike es un complejo que tiene unos 160 metros de largo y 80 metros.

Dentro de la fortaleza, los arqueólogos encontraron un pozo excavado en la roca y una serie de desagües y piscinas que recolectaban, almacenaban y distribuían agua subterránea y agua de lluvia. Las dos piscinas más grandes pueden haber tenido una capacidad total de más de 17.000 litros. El hecho de que el agua de lluvia fuera drenada y recolectada sugiere que Berenike tenía un clima más húmedo que el actual.

En el lado sur del muro defensivo del norte, en un antiguo basurero, los arqueólogos descubrieron estatuillas de terracota, monedas y un trozo de cráneo de elefante.

Los registros históricos indican que Berenike era parte de una cadena de puertos construidos a lo largo del Mar Rojo para ayudar a suministrar elefantes de guerra al ejército ptolemaico.

Juan Scaliter