Hasta la fecha, siempre se había creído que los tornados se formaban en las alturas, concretamente en las nubes de tormenta, formando una especie de embudo que absorbía aire desde abajo y que comenzaba a descender hasta tocar el suelo.

Pero esa teoría ha saltado en pedazos tras la publicación de un nuevo estudio realizado por un equipo de la Universidad de Ohio, que sugiere que el proceso es precisamente el inverso. Es decir, que se forma en el suelo y luego asciende hacia altitudes superiores.

La primera pista de que esto es así se obtuvo en 2013, cuando los meteorólogos estudiaban un tornado bautizado «El Reno», que ha sido uno de los más grandes que ha golpeado el territorio de Estados Unidos.

Usando radares de última generación y cámaras para captar imágenes de alta velocidad, los investigadores comprobaron que ya había un tornado girando a ras del suelo, mucho antes de que los radares meteorológicos lo detectaran a una altura de entre 10 y 30 metros.

Las mediciones posteriores realizadas en otras tormentas, arrojaron resultados similares, mostrando que la rotación del viento se generaba a nivel del suelo mucho antes de que empezara a mayor altura.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López