Científicos del Observatorio de Carbono Profundo (Deep Carbon Observatory) han realizado un exhaustivo análisis de los fondos oceánicos y describen los numerosos descubrimientos realizados, incluida la cantidad y el tipo de vida que existe en el subsuelo profundo, bajo condiciones extremas de presión, temperatura y baja disponibilidad de nutrientes. Los resultados se han publicado en Nature.

Al perforar 2,5 kilómetros en el lecho marino y tomar muestras de microbios, los científicos han utilizado los resultados para construir modelos del ecosistema en las profundidades del planeta.

Las conclusiones muestran que el tamaño aproximado de la biosfera profunda es de 2.000 a 2.300 millones de kilómetros cúbicos (casi el doble del volumen de todos los océanos), así como la masa de carbono de la vida profunda: 15 a 23 mil millones de toneladas. Las bacterias «zombies» y otras formas de vida que apenas sobreviven en estas condiciones constituyen una inmensa cantidad de carbono en las profundidades del subsuelo de la Tierra: de 245 a 385 veces mayor que la masa de carbono de todos los seres humanos en la superficie.

El estudio permitirá también comprender los diferentes entornos extraterrestres que podrían sustentar la vida.

De acuerdo con los autores, los resultados muestran otros hallazgos importantes.

La biosfera profunda constituye un mundo que puede verse como una especie de “Galápagos subterráneo” e incluye miembros de los tres dominios de la vida: bacterias, arqueas (microbios sin núcleo unido a la membrana) y eucariotas (microbios o organismos multicelulares).

Dos tipos de microbios, bacterias y arqueas, dominan la Tierra Profunda. Entre ellos hay millones de tipos distintos, la mayoría aún por descubrir o caracterizar. Esta llamada «materia oscura» microbiana expande dramáticamente nuestra perspectiva sobre el árbol de la vida. Los científicos señalan que alrededor del 70% de las bacterias y arqueas de la Tierra viven en el subsuelo.

Los microbios profundos a menudo son muy diferentes de sus primos de superficie, con ciclos de vida en escalas de tiempo casi geológicas, que en algunos casos comen solo con energía de las rocas.

Los límites absolutos de la vida en la Tierra en términos de temperatura, presión y disponibilidad de energía aún no se han encontrado. Los registros se rompen continuamente. Un favorito para el organismo con mayor resistencia a temperaturas altas es el Geogemma barossii, un organismo unicelular que prospera en los respiraderos hidrotermales en el fondo marino. Sus células, diminutas esferas microscópicas, crecen y se multiplican a unos 121ºC. Bastante más que los 71°C, la mayor temperatura registrada en el planeta.

La profundidad récord a la que se ha encontrado vida en el subsuelo continental es de aproximadamente 5 km, mientras que el récord en aguas marinas es de 10,5 km, una profundidad de presión extrema; a 4.000 metros de profundidad, por ejemplo, la presión es aproximadamente 400 veces mayor que a nivel del mar

De acuerdo con Mitch Sogin, uno de los autores del estudio, “explorar el subsuelo profundo es similar a explorar la selva amazónica. Hay vida en todas partes, una abundancia impresionante de organismos inesperados e inusuales”.

Por su magnitud el estudio también ha dejado algunas incógnitas. Por ejemplo, ¿cómo se extiende la vida profunda?, ¿Comenzó la vida en lo profundo de la Tierra?, ¿Es el metano, el hidrógeno o la radiación natural (del uranio y otros elementos) la fuente de energía más importante para la vida profunda?

Juan Scaliter