El investigador Biagio Solarino de la Universidad de Bari (Italia), ha hecho un descubrimiento pionero en el campo de la ciencia forense: los cilios de nuestra nariz, quienes con su vibración hacen de barrera defensiva a la entrada de microorganismos por las fosas nasales, continúan vibrando hasta 24 horas después de nuestra muerte. Ya que esta vibración se va desacelerando a un ritmo predecible, los equipos forenses podrían ser capaces de determinar la hora de la muerte con una mayor precisión que hasta ahora.

Señalar con precisión la hora de la muerte de alguien puede llegar a ser un desafío para los investigadores. Si bien suelen fijarse en la temperatura corporal o el estado de descomposición, ciertos detalles podrían evitar de que esta medida fuera correcta. Si una persona fallece tras haber tenido una pelea física, su temperatura corporal será distinta a la de otra persona fallecida en estado de reposo. Por ello, las vibraciones emitidas por los cilios en el interior de nuestras narices, podría ser una herramienta adicional fantástica para ayudar a determinar la hora exacta de la muerte, sobre todo si esta se ha producido en las últimas 24 horas.

Para la investigación, Solarino y su equipo realizó un raspado como muestra del interior de la nariz de 100 cadáveres para examinar detenidamente los cilios y según él, «la vibración se observó hasta 20 horas después de la muerte». Solarino presentará sus resultados en el próximo Simposio Internacional sobre avances en Medicina Legal que se celebrará en Frankfurt, Alemania, esta misma semana.

Fuente: NewScientist.

Redacción QUO