Según se acercan al Sol, se suceden procesos físicos y químicos que hacen que lo que era una bola congelada y apagada despliegue una completa paleta de colores. Los distintos tonos de los cometas se deben, básicamente, a la acción de cinco compuestos: agua helada, amoniaco, dióxido de carbono, metano y monóxido de carbono.

¿Qué colores percibimos?

La estela azul de estos bólidos aparece cuando la luz ioniza las moléculas de monóxido de carbono.

El hielo del cometa se funde y crea una estela que adquiere un color entre blanco y amarillo, cuando la luz solar la ilumina.

El Sol rompe los enlaces de ciertos elementos químicos que despiden, en el proceso, un lúgubre brillo verdoso.

Lejos del astro rey, los cometas son algunos de los cuerpos que menos luz reflejan, y se ven grises o negros.

Redacción QUO