Una tecnología utilizada por primera vez por la NASA para cultivar plantas fuera del planeta, produce un crecimiento acelerado y mejoras en una variedad de cultivos. Esa es la conclusión de un estudio realizado por científicos del Centro John Innes y la Universidad de Queensland, que han mejorado la técnica, conocida como crecimiento acelerado, adaptándola para trabajar en invernaderos y pequeños jardines.

La capacidad de trabajar a estas escalas les brinda a los expertos nuevas oportunidades para producir cultivos resistentes a las enfermedades, al clima y con la capacidad nutritiva de alimentar a una creciente población mundial. El estudio se ha publicado en Nature Protocols.

El crecimiento acelerado utiliza iluminación LED y regímenes de hasta 22 horas de luz diurna para optimizar la fotosíntesis y promover el rápido crecimiento de los cultivos. Acelera el ciclo de reproducción de las plantas: por ejemplo, se pueden cultivar seis generaciones de trigo por año, en comparación con las dos generaciones de los métodos tradicionales.

Al acortar los ciclos de reproducción, el método permite a los científicos y realizar mejoras genéticas aceleradas en cultivos como el trigo, la cebada o los guisantes.

Ser capaz de hacer esto en laboratorios de tamaño reducido, permite avanzar hasta estar seguro de los objetivos y llevar los frutos obtenidos a escenarios de mayor tamaño.

“El crecimiento acelerado – explica Brande Wulff, líder del estudio, en un comunicado – nos permite incrementar el ritmo de la variación genética que se encuentra en los parientes silvestres de los cultivos e introducirla en las variedades que los agricultores pueden cultivar. La decisión de la UE que regula los alimentos genéticamente modificados nos da mayor confianza en este tipo de avances”.

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Juan Scaliter