La amígdala o cuerpo amigdalino es una región cerebral que forma parte del sistema límbico, y una de sus principales funciones es el procesamiento de las reacciones emocionales. Los científicos ya sabían que dicha área estaba vinculada con los sentimientos de tristeza. Pero, ahora, una investigación realizada por un equipo de la Universidad de California, ha desentrañado un poco mejor como funciona dicho mecanismo.

Los investigadores realizaron un experimento con 21 pacientes de epilepsia, a los que colocaron pequeños electrodos en la cabeza, para monitorizar su actividad cerebral durante toda una semana.

Y lo que descubrieron fue que en trece de ellos, al entrar en un estado emocional de tristeza o melancolía se desencadenaba un circuito cerebral que involucraba a la amígdala con el hipocampo, otra región cerebral vinculada con la memoria y los recuerdos.

Para los autores del estudio, tiene sentido que exista un vínculo entre sentirse triste y un mecanismo cerebral que nos hace recordar cosas negativas del pasado. Lo que aún no tienen claro es como funciona. Si es ese mecanismo el que al ponerse en marcha nos hace sentirnos tristes, o si es que al sentirnos tristes se activa dicho circuito que reaviva esos recuerdos penosos.

Fuente: ScienceAlert.

Vicente Fernández López