La producción global de plásticos ha aumentado sustancialmente desde la década de 1950 y continúa creciendo cada año. Por sus diversas características, los plásticos ocupan gran parte de nuestra vida cotidiana, lo que nos lleva a estar expuestos a ellos de muchas maneras. Se estima que, a través de la contaminación, entre el 2 y el 5% de todos los plásticos producidos terminan en los mares. Una vez en el océano, los plásticos son consumidos por los animales y entran en la cadena alimenticia donde, en última instancia, es probable que entre a formar parte de nuestra dieta.

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico de menos de 5 milímetros y se utilizan en diversos productos para fines específicos, pero también se generan involuntariamente debido a la ruptura de piezas más grandes por degradación, desgaste y desgarro. Los microplásticos pueden afectar la salud humana a través del tracto gastrointestinal. Allí podrían afectar la tolerancia y la respuesta inmune del intestino mediante la bioacumulación o ayudando a la transmisión de químicos tóxicos y patógenos.

Pero hay un problema. Hasta ahora esta pequeñas partículas se habían encontrado en productos que consumimos los seres humanos, sobre todo los marinos. Pero ahora, una investigación presentada en la 26ª Semana de la UEG (Unión Europea de Gastroenterología), señala que se han detectado partículas de polipropileno (PP), polietileno-tereftalato (PET) y otras, en heces humanas.

Los responsables del estudio, liderados por Philipp Schwabl, analizaron a ocho pacientes de diferentes países: Finlandia, Italia, Japón, Holanda, Polonia, Rusia, el Reino Unido y Austria. Los resultados mostraron que cada muestra de heces dio positivo por la presencia de microplásticos y se identificaron hasta nueve tipos de plásticos diferentes.

Cada voluntario mantuvo un diario de su dieta durante la semana previa al análisis de las heces. Los diarios mostraron que todos los participantes estaban expuestos a los plásticos al consumir alimentos envueltos en plástico o al beber de botellas de plástico. Ninguno de los participantes era vegetariano y seis de ellos consumían pescado de mar.

Las heces se analizaron en la Agencia de Medio Ambiente de Austria http://www.umweltbundesamt.at/en/ y se buscaron 10 tipos de plásticos siguiendo un procedimiento analítico recientemente desarrollado. Se encontraron hasta nueve plásticos diferentes, con un tamaño de entre 50 y 500 micrómetros, los más comunes fueron el polipropileno (PP) y el tereftalato de polietileno (PET). En promedio, los investigadores encontraron 20 partículas microplásticas por cada 10 gramos de heces.

“Es el primer estudio de este tipo – señala Schwabl –, y confirma lo que sospechamos desde hace tiempo: los plásticos llegan al intestino humano. Lo que esto significa para nosotros es especialmente importante, particularmente para los pacientes con enfermedades gastrointestinales. Si bien las concentraciones plásticas más altas en estudios con animales se han encontrado en el intestino, las partículas microplásticas más pequeñas son capaces de ingresar al torrente sanguíneo, al sistema linfático e incluso pueden llegar al hígado. Ahora que tenemos la primera evidencia de microplásticos presentes en seres humanos, necesitamos más estudios para comprender lo que esto significa para la salud humana”.

Juan Scaliter