El cómico Mark Russel aseguró una vez que “la teoría científica que más me gusta es que los anillos de Saturno están compuestos completamente de equipaje extraviado por las aerolíneas».

Es obvio que en Saturno no hay equipajes, pero un nuevo estudio publicado en Science muestra que los anillos de este gigante son mucho más complicados químicamente de lo que se creía anteriormente.

El estudio también señala que el anillo D, el más cercano al gigante gaseoso, está lanzando granos de polvo cubiertos de un cóctel químico, a la atmósfera superior del planeta.

«Este es una clave nueva sobre cómo funciona nuestro sistema solar – explica Thomas Cravens, líder del estudio, en un comunicado –. Dos cosas me sorprendieron. Una es la complejidad química de lo que se desprendía de los anillos: pensamos que sería casi totalmente agua en función de lo que vimos en el pasado. La segunda es su gran cantidad, mucho más de lo que originalmente esperábamos. La calidad y cantidad de los materiales que los anillos están enviando a la atmósfera me sorprendieron «.

Más que simplemente agua, los expertos descubrieron que los anillos estaban compuestos también de metano, amoniaco, monóxido de carbono, nitrógeno molecular y dióxido de carbono.

Los hallazgos podrían arrojar nueva luz sobre los mecanismos que sustentan nuestro sistema solar, así como otros sistemas solares y exoplanetas, y también generar una serie de nuevas preguntas científicas.

“Esto podría ayudarnos a entender, ¿cómo un planeta consigue anillos? Algunos lo hacen, otros no – concluye Cravens – “¿Cuál es la vida útil de un anillo? ¿Que está llenando los anillos? ¿Hubo un momento en que Saturno no tenía anillos? ¿Cómo llegó esa composición en primer lugar? ¿Se debe a la formación de nuestro sistema solar?”.

Juan Scaliter