Un equipo internacional de científicos, liderados por Jessica Hendy, ha descubierto detalles sobre la dieta de los primeros agricultores que habitaron la región de Anatolia, más precisamente en Çatalhöyük, hace casi 8000 años. Al analizar las proteínas de los residuos en cazos, vasijas y jarras antiguas, los expertos hallaron encontrar evidencia de los alimentos que se consumían allí: cereales, legumbres, productos lácteos y carne. El análisis fue de tal precisión que permitió identificar especies específicas, como de qué animales eran los restos de proteínas, tanto en carne como en productos lácteos.

Para este estudio, publicado en Nature, los investigadores analizaron fragmentos de recipientes que datan de un período de tiempo estrecho, entre el 5.900 y el 5.800 a. de C., hacia el final de la ocupación del sitio.

El análisis reveló que los recipientes contenían granos, legumbres, carne y productos lácteos, estos últimos provenían principalmente de ovejas y cabras, y también de la familia de los bovinos. De hecho es la primera vez que se ha podido identificar qué animales estaban siendo usados para ordeñe. Los cereales incluían cebada y trigo, y las leguminosas incluían guisantes y habas. Los productos animales no lácteos, que podrían haber incluido carne y sangre, provenían principalmente de la familia de cabras y ovejas, y en algunos casos de bovinos y ciervos. Curiosamente, muchas de las vasijas contenían evidencia de múltiples tipos de alimentos en un solo recipiente, lo que sugiere que los habitantes de Çatalhöyük mezclaron alimentos en su cocina, para preparar papillas o sopas o que algunos recipientes se usaron secuencialmente para diferentes alimentos, o ambos.

Sin embargo, un recipiente en particular, solo tenía evidencia de productos lácteos. “Esto es particularmente interesante – explica Hendy en un comunicado – porque sugiere que estos agricultores podrían haber estado usando métodos de producción de lácteos que separaban la leche fresca en cuajada y suero de leche. También sugiere que tenían un recipiente especial para mantener el suero después, lo que significa que usaron el suero para otros productos después de haber separado la cuajada”. Estos resultados muestran que la producción láctea ya existía en la zona desde hace 8.000 años.

Juan Scaliter