El 24 de agosto de 2006, el cuerpo celeste conocido co­mo Plutón dejó de ser oficialmente un planeta. No es que a él le importase mucho. Pero aquí, en la Tierra, esas maquetas colgantes que representan el Sistema Solar comenzaron a perder el equilibrio, y la cantilena escolar que recorría de memoria sus componentes vio truncadas sus notas finales. Sin embargo, en un horizonte muy, muy lejano, podría perfilarse la silueta de un digno sucesor al escaño vacío. La posibilidad de su existencia recorre desde hace tiempo las publicaciones científicas, y la última apuesta a su favor la ha realizado el astrónomo Patryk Lykawka desde la Universidad de Tokio (Japón). Su nombre en clave: Planeta X. Su única certeza: hasta ahora, nadie lo ha visto. Pero sí se ha observado una serie de fenómenos en el espacio que nos rodea que bien podrían ser los efectos de una historia protagonizada por el misterioso Míster X. El escenario de esta epopeya se sitúa en el cinturón de Kuiper transneptuniano. Los principales motores de la trama: las fuerzas gravitatorias que impulsan a los cuerpos celestes de un lugar a otro. Como punto de partida encontramos que el mencionado cinturón, una región de cuerpos helados situada más allá de Neptuno, presenta varios fenómenos pendientes de explicación: su repentino límite, que sus componentes se muevan en tres tipos de órbitas distintas, que cuerpos como Plutón se desplacen en las llamadas órbitas resonantes y que otros, como Sedna, escapen a la atracción de Neptuno y se adentren, dibujando una órbita más inclinada aún, en la remota región conocida como nube de Oort. A partir de estos elementos, Lykawka ha elaborado una hipótesis.

Retrato robot de un desconocido

-Del 30 al 70% de la masa de la Tierra, pero sería mucho menos denso. Según Lykawka, estaría formado por hielo y rocas.
-De 1.000 a 2.500 años tardaría en completar su órbita alrededor del Sol. Como referencia, Plutón se toma 248 años por vuelta.
-Entre 100 y 170 UAse situaría su órbita. Una unidad astronómica es la distancia de la Tierra al Sol, unos 150 millones de km.
-De 14 a 17 es la magnitud del brillo que presentaría este cuerpo. Con esa luminosidad, similar a la de Plutón, nos debería resultar fácil detectarlo con nuestros telescopios.
-De 10.000 a 15.000 kilómetros de diámetro. Se situaría junto a la Tierra, Marte y Venus a la hora de formar por tamaños.

Redacción QUO