Mientras los reptiles modernos tienen sangre fría, algunos prehistóricos eran capaces de regular su temperatura corporal. Esta es la conclusión a la que llegó un equipo internacional de investigadores que ha publicado sus hallazgos en la revista Science.

Los expertos analizaron tres reptiles prehistóricos marinos: ictiosaurios, plesiosaurios y mosasaurios. El estudio de estos depredadores, que vivieron entre 250 y 65 millones de años atrás, se basó en analizar el régimen metabólico de los restos fósiles y calcular las composiciones de isótopos estables de oxígeno de su esmalte dental. Estos se compararon con los de los peces que vivieron en los mismos entornos.

“La composición isotópica del oxígeno del fosfato de los vertebrados depende de la temperatura corporal y de la composición del agua ingerida. Si los reptiles marinos y los peces vivieron en la misma masa de agua, las diferencias de composición isotópica van a reflejar sus diferencias de temperatura corporal”, señala Christophe Lecuyer, uno de los autores del estudio e investigador en la Universidad de Lyon.

Los resultados señalan que tanto los ictiosaurios como los plesiosaurios regulaban su temperatura corporal “independientemente de la del agua de mar que oscilaba entre 12ºC y 36ºC”, añade Lecuyer. La homeotermia, la capacidad de regular la temperatura corporal, habría sido la estrategia que utilizaron para “conquistar nuevos entornos marinos a altas latitudes donde las temperatura eran más bajas”, afirma el investigador francés.

De acuerdo con el experto, esta capacidad también les proporcionó “reservas energéticas importantes para ser depredadores eficaces”. Las tasas metabólicas altas les ayudó en la depredación, el buceo profundo, y el nado rápido a largas distancias.

Vestigios de esta habilidad aún se pueden ver en depredadores marinos modernos, como el atún y el pez espada, ambos homeotérmicos.

Juan Scaliter