El distrito de Yamalo-Nenets, en Siberia, ha sido el lugar dónde se ha realizado un interesantísimo hallazgo. Se trata de los restos momificados de un adulto y un bebé de pocos meses, que han aparecido conservados en el permafrost (la capa de suelo permanentemente congelado de la tundra).

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Las momias han aparecido envueltas en tiras de cobre, un material que tiene propiedades antibacterianas y ayuda a evitar la descomposición de los cadáveres, y que formaba parte del ajuar funerario. Y su antigüedad ha sido datada alrededor del siglo X de nuestra era. Todo parece indicar que la momificación de los cuerpos no fue intencionada, sino que se produjo de forma accidental.

Este hallazgo se suma a otros similares realizados en dicha región. Desde 2014, se han descubierto aquí alrededor de 47 cuerpos en condiciones similares. Todos, salvo uno, de individuos de sexo masculino.

Pero, lo que más desconcierta a los arqueólogos es que junto a los restos humanos se han encontrado objetos de bronce fabricados en Persia, a casi 6.000 kilómetros de distancia. Todos estos hallazgos no coinciden para nada con lo que se sabía sobre los pueblos pobladores de Siberia.

Por ese motivo, los investigadores sospechan de la existencia de una misteriosa cultura que se asentó allí durante la Edad Media, y que mantenía contactos comerciales con los pueblos de Oriente Medio.

Todo parece indicar, además, que los miembros de ese pueblo desconocido hasta ahora no eran originarios de Siberia. Una de las momias encontradas pertenecía a un varón pelirrojo, lo que hace pensar que se trataba de extranjeros que venían huyendo de algún peligro desconocido, y que se asentaron en aquella remota y fría región.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López