Le gustaba el drama

Era lingüista, experto en Inglés Antiguo y en la literatura nórdica antigua. Tolkien fue profesor de la Universidad de Oxford desde 1925 hasta 1959.

También fue un instructor incansable, daba entre 70 y 136 conferencias al año (su contrato solo exigía 36). Aunque la mejor parte es la forma en que las impartía. Aunque era tranquilo y no tenía pretensiones de público, Tolkien no era el típico académico pesado que dormía a las masas. Se dirigía su audicencia vestido de oso polar o la perseguía vestido como un guerrero anglosajón con un hacha. También era conocido por los tenderos del barrio por ofrecer su dentadura postiza como medio de pago.

 

Hoy pensaría que sus fans son auténticos lunáticos (también lo pensaba cuando estaba vivo)

Tolkien se veía a sí mismo como un erudito y después como escritor. El Hobbit y El Señor de los Anillos fue un esfuerzo por alzarse a la fama, y se puede decir que esta le pilló por sorpresa.

De hecho, pasó años rechazando, criticando y despedazando aquellas adaptaciones de su obra que él no creía dignas de su noble propósito.

También veía con escepticismo a la mayoría de sus aficcionados, a quienes creía incapaces de apreciar su trabajo. Con toda probabilidad, se habría horrorizado al ver a los fans de la película vestidos de Legolas.

 

Amaba su trabajo diario

Para Tolkien, escribir fantasía era solo un hobby. Las obras que consideraba más importantes eran sus trabajos académicos, como Beowulf: The Monsters and the Critics, una traducción moderna de Sir Gawain and the Green KnightA Middle English Vocabulary.

Era un romántico

A los 16 años, Tolkien se enamoró de Edith Bratt, tres años mayor que él. Su tutor, un cura católico, estaba horrorizado de cómo su pupila quería mezclarse con un protestante y ordenó al muchacho que no tuvese contacto con ella hasta que no cumpliese 21.

Tolkien obedeció, suspirando por Edith durante años hasta su cumpleaños. En ese momento, se reunió con ella bajo el viaducto de un ferrocarril. Ella rompió su compromiso con otro hombre y los dos se casaron por el resto de sus vidas.

En la lápida de la tumba que comparte Tolkien con su mujer, ambos aparecen apodados como Beren y Luthien. Según la mitología de la Tierra Media, Luthien era un ser mágico de gran belleza que sacrificó su inmortalidad para salvar la vida del mortal al que amaba, Beren. 

 

Tolkien y CS Lewis no eran tan amigos como se cree

CS Lewis (autor de Las Crónicas de Narnia) y Tolkien han sido mencionados siempre como amigos muy cercanos. Pero lo cierto es que la pareja de escritores tuvo una relación mucho más problemática de lo que se cree.

Al principio, los dos autores eran muy cercanos. Tanto, que la esposa de Tolkien tenía celos de Lewis. 

Tolkien convenció a Lewis de regresar al cristianismo, cuestión que enfrío poco a poco la relación por la postura anticatólica de Lewis y su ‘escandalosa’ vida personal.

Fue descartado para el Premio Nobel de Literatura

Su amigo CS Lewis le propuso en 1961, pero el jurado de entonces desestimó su propuesta por su «pobre prosa».

Tolkien luchó en la I Guerra Mundial

Se enroló como teniente segundo especializado en lengua de signos. Muchos piensan que el camino de Frodo y Sam hacia Mordor está basado en su época en las trincheras.

Inventó lenguas por pura diversión

En ningún momento pensó en hacerse famoso por sus idiomas ficticios, sino que los inventó por pura diversión.

Antes de entrar al colegio ya sabía latín, alemán y francés. Posteriormente, llegó a aprender 15 lenguas más.

Ha publicado de forma póstuma tan prolíficamente como cuando estaba vivo

La mayoría de autores tienen que contentarse con las obras que producen durante su vida, pero no Tolkien. Los garabatos, notas y manuscritos que nunca se molestó en publicar se han editado, revisado, compilado, redactado y publicado en decenas de volúmenes después de su muerte, la mayoría gracias a su hijo Christopher. 

Mientras su publicación póstuma más famosa es El Silmarillion, otros trabajos son The History of Middle Earth, Unfinished Tales, The Children of Hurin, and The Legend of Sigurd y Gudrún.

 

Los nazis le adoraban, pero él les detestaba

El trabajo de Tolkien sobre el nórdico antiguo, la historia germánica, el lenguaje y la cultura eran extremadamente populares entre la élite nazi, obsesionada por recrear la antigua civilización germánica.

Pero Tolkien no quería saber nada de Hitler y el partido nazi, hecho que no ocultó. Se cree que prohibió una traducción al alemán de El Hobbit después de que un editor alemán, acogiéndose a la ley nazi, le pidiera una prueba de ascendencia aria.

Su respuesta fue una carta mordaz en la que afirmaba, entre otras cosas, estar apenado por no tener antepasados judíos.