Un golpe fuerte en la cabeza no tiene por qué mostrar síntomas justo en el momento en el que se ha recibido el impacto. Al contrario, hay veces que se tardan semanas en descubrir que nuestro cerebro ha sido dañado y que puede desencadenar en fallos serios de control de nuestro cuerpo: como fuertes dolores de cabeza o incluso sensación de presión, náuseas, vómitos, mareos, problemas de equilibrio, visión doble o borrosa, lentitud en el habla y en los movimientos del cuerpo, confusión, problemas de memoria o dificultad para concentrarse.

Una larga lista de problemas que podrían detectarse con mayor antelación e incluso valorar el tiempo que tardarían en curarse con tan solo un poco de nuestra saliva. ¿Cómo? Según un estudio de la Facultad de Medicina de Penn State, en ella pueden encontrarse 5 pequeñas moléculas que influyen en las actividades proteicas del cuerpo, llamadas “microRNAs” (en castellano, microARNs), que pueden ayudar a detectar estas contusiones cerebrales con un 85% de precisión. En comparación, los métodos estándar usados en medicina solo consiguen un 65% de éxito.

[image id=»93390″ data-caption=»Fuente: Pixabay» share=»true» expand=»true» size=»S»]

La preocupación del estudio se centró en los jóvenes, ya que según los investigadores al menos 2 tercios de las conmociones cerebrales suceden hasta los 21 años. A pesar de que la mayoría de los síntomas pueden curarse en las primeras dos semanas, 1 tercio de las mismas pueden llegar a prolongarse en el tiempo. Para el líder de la investigación, el Doctor Steve Hicks, “es frustrante tanto para los padres como para los médicos no poder predecir de manera objetiva cuánto tiempo podrán durar los síntomas tras un fuerte golpe en la cabeza, en qué pueden derivar, incluso poder decir una fecha exacta para volver a la rutina habitual”.

Tras un estudio sobre 52 pacientes jóvenes entre 7 ay 21 años que habían sufrido fuertes golpes practicando deporte o por accidentes de coche, con solo una pequeña de su saliva lograron saber mucho más sobre los síntomas que padecían: “Encontramos 3 microRNAs que estaban estrechamente ligadas a síntomas específicos 1 mes después de haber sufridos las contusiones, como dolores de cabeza, fatiga y dificultades para memorizar”, apunta Hicks. Por lo tanto, ligar esas moléculas a síntomas ayudará a identificar más fácilmente lo que le ocurre al paciente, mostrará nuevos marcadores que antes no se tenían en cuenta.

Lo bueno es que la tecnología que se necesita para descubrir estas moléculas, ya se usa en medicina. Por ello, solo habría que tenerla en cuenta en caso de querer ser más precisos en el diagnóstico. A pesar del posible éxito de esta investigación, esperan seguir trabajando para comprobar que no existan otros factores que puedan intervenir en los resultados. Por oto lado, tienen otro objetivo en mente, que supone aplicar los resultados a poblaciones más adultas, con resultados igual de buenos que los conseguidos con los jóvenes.

Fuente: CBS Boston

Alberto Pascual García