Los dos recientes casos de fiebre de Crimea-Congo, una enfermedad transmitida por la picadura de garrapatas, detectados en Madrid (el primero de los cuales provocó incluso la muerte del paciente), ha hecho que la atención informativa se centre en estos pequeños parásitos, que pueden anidar en los cuerpos de muchas especies animales, especialmente los perros, los gatos y el ganado, aunque también se encuentran en algunas aves.

Y, según ha revelado un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bristol, el 31% de los perros con dueño de Inglaterra estaban infectados con, al menos, una garrapata. Los autores de la investigación analizaron a casi quince mil animales y encontraron, además, que al menos cien se habían contagiado en viajes al continente. Por supuesto los datos del informe se refieren solo a los canes que viven en suelo británico, pero los investigadores creen que en el resto de Europa la situación puede ser similar, e incluso peor en el sur del continente. Aunque falta realizar estudios que lo confirmen.

Hay que tener en cuenta que el clima británico es frío y húmedo, y la mayoría de las variedades de garrapatas, encuentran su hábitat ideal en lugares secos y calurosos. Pero, ¿cuál es la situación en nuestro país?

Se calcula que existen alrededor de 190 variedades de garrapatas, aunque en España solo hay tres que puedan considerarse autóctona. La Rhipicephalus sanguineus, habitual en la costa Mediterránea y que suele infectar a perros y otros animales carnívoros; la Dermacentor reticulatus, llamada también garrapata de la oveja; y la Ixodes ricinus, una de las pocas que prefiere ambientes húmedos y que prolifera más en otoño que en las temporadas cálidas. Ninguna de ellas es la que transmite la fiebre de Crimea-Congo, que se propaga por otras variedades endémicas de África y de las zonas tropicales de Asia. Una de ellas es la llamada Boophilus, que solo infecta al ganado.

Algunas de esas variedades de garrapatas ya se detectaron en Extremadura en 2011, tal y como informó el Ministerio de Sanidad, y es probable que desde entonces se extendiera a otras partes del país.Esos parásitos han podido llegar a nuestro país transportados por aves, o por otros animales que estuvieran infectados traídos desde el extranjero. Una de esas variedades es la llamada Boophilus, originaria de África, y que solo infecta al ganado.

Con todo, las autoridades advierten de que no debe cundir el pánico, ya que la mayoría de las picaduras de garrapata son inofensivas y no transmiten enfermedad alguna, ni a humanos ni a animales. Pese a ello, y como precaución, en el caso de que alguien crea que ha sido picado, lo mejor es acudir cuanto antes al hospital para una revisión. Y en el caso de los animales llevarlos al veterinario para que los desparasiten y les eliminen a esos indeseados y molestos huéspedes.

Vicente Fernández López