Cada vez se está realizando más estudios con el fin de averiguar si los aerosoles para inhalar insulina pueden sustituir a las tradicionales inyecciones, lo que significaría facilitar la vida a las personas que padecen diabetes. Pero, ahora, una nueva investigación realizada por neurocientíficos de la University Medical Center Hamburg-Eppendorf, en Alemania, ha descubierto un beneficioinsospechado. Y es que pueden ayudar a reducir el apetito.

Pero, lo más sorprendente de todo, es que la insulina inhalada actúa reduciendo la atracción hedonística hacia la comida. ¿Y como puede ser eso posible? La visión de fotos de platos apetitosos tiene el efecto de provocar que se activen los mecanismos de recompensa de nuestro cerebro. Pero este nuevo estudio ha revelado que dosis extras de insulina bloquean la actividad de los mismos.

Los investigadores alemanes realizaron un experimento en el que, a la mitad de los voluntarios se les hizo inhalar insulina, y al resto un placebo. Los participantes tenían que evaluar del 1 al 10 el nivel de placer que les producían una serie de fotografías, entre ellas varias de platos de comida apetitosos. Y el resultado fue que los que recibieron la dosis de insulina mostraron progresivamente menos interés por las imágenes de comida, algo que no sucedía en el resto de los voluntarios.

De hecho, esa reducción del interés hacia la comida iba entre un 5 y un 27% según los individuos. Pero, hay que especificar que ese efecto no se manifestaba en las ganas biológicas de comer, en el apetito natural, sino que inhibía la sensación de hambre que se producía al ver fotografías de platos cocinados. Es decir, anulaba ese efecto popularmente conocido como «comer con los ojos».

La mala noticia es que ese efecto reductor del apetito no se hacia patente en las personas que padecían lo que se conoce como resistencia a la insulina. Sea como sea, este experimento resulta prometedor de cara a buscar nuevos tratamientos para ayudar a personas que sufran adicción a la comida.

Fuente: PopularScience.

Vicente Fernández López