El infanticidio es algo bastante común en el mundo animal, y hay varias especies que se comen a sus crías. Pero también hay otras que, pese a practicar el canibalismo, nunca devorarían a su propia descendencia. Una de ellas es el kryptolebias marmuratos, también llamado rivulín de manglar, un peculiar pez que se caracteriza también por poder sobrevivir fuera del agua.

Investigadores de la Universidad de Guelph han comprobado que si se introducen varios embriones en una pecera con un ejemplar de esta especie, el pez solo se come a aquellos que no son de su propia camada. ¿A qué se debe ese comportamiento?

Según los autores del estudio la causa reside en que los embriones emiten durante su desarrollo una serie de compuestos químicos que permiten a sus padres reconocerlos. Y decimos padres porque en esta especie no hay constancia de que existan hembras. Todos los ejemplares nacen siendo machos o hermafroditas, y estos últimos acaban mutando también al sexo masculino.

Pero, como ya hemos dicho, a diferencia de este pez, hay otras muchas especies que si devoran a sus crías. ¿Por qué lo hacen? La teoría más aceptada es que es un modo de garantizar la supervivencia de la especie. Así, si una hembra de hamster da a luz a más de ocho crías, se come al resto, para garantizar que solo sobrevivan aquellas a las que se sienta capaz de alimentar y sacar adelante hasta que se conviertan en ejemplares adultos.

Vicente Fernández López