Solo con saber que ya se han extinguido es un alivio, porque si te encuentras con uno de estos animalitos por la playa, quizá no lo cuentas del susto. Pero a pesar de que en la foto parece grande, realmente sus medidas son realmente diminutas, tan solo 1 centímetro, así que más razón para estar tranquilos. Pero, ¿cómo ha llegado un animalito así hasta nuestros días?

Muchos de estos artrópodos han conseguido llegar preservados, que no vivos, a través del tiempo en rocas como la pizarra o en piedras calizas que estaban en el mar o en la zona. Un estado de conservación que ha sorprendido al profesor de Geología en la Universidad sueca de Lund, Mats E. Eriksson: “El increíble grado de detalle de preservación significa que podemos captar toda la anatomía del animal, que a su vez muestra mucho de la ecología y modo de vida de la zona en la época en la que vivía”. El profesor se sirvió de esta información para recrear este animal y el resultado ha impactado a la ciencia.

Según la investigación del profesor, el Agnostus pisiformis nacía en forma de larva y según iba llegando a la madurez, desarrollaba un exoesqueleto duro. Por lo tanto, su cuerpo estaba protegido por dos escudos que se parecían a dos conchas de almeja. Esta extraña criatura puede ayudar a los científicos para determinar la época en la que se desarrollaron gracias a lo que se conoce como fósil índice. Este resto paleontológico permite datar con cierta facilidad y exactitud la época a la que perteneció.

Tal es el detalle con el que se ha creado este animal que ahora esperan que se exhiba el modelo en una exposición itinerante sobre los extraños animales que habitaron en los mares en el periodo Cámbrico (de la Era Paleozoica – hace más de 500 millones de años). Según Erikson “uno de los más emocionantes de la Historia de la Tierra”.

Fuente: LiveScience

Alberto Pascual García