Sally Le Page, una popular bióloga y divulgadora científica británica, ha descubierto que algunas compañías de agua de su país utilizan una técnica conocida como radiestesia para detectar fugas en el suministro. La investigadora quedó sorprendida cuando vio el instrumental que portaban unos técnicos que acudieron a su vivienda: se trataba de una versión actualizada de las típicas varitas de zahorí.

La radiestesia o rabdomancia es una antiquísima práctica que parte del supuesto de que los estímulos electromagnéticos de un cuerpo emisor pueden ser percibidos por una persona sensible mediante el uso de un péndulo o de unas varillas (que pueden ser de metal o madera) con forma de L o Y.

Los primeros testimonios que hablan de ella se remontan a unos 4.500 años atrás. Generalmente se empleaba para tratar de encontrar agua, y en el mundo rural fue muy popular la figura del zahorí, una persona que equipada con sus varillas de maderas trataba de localizar manantiales subterráneos.

El problema es que no existe ninguna evidencia científica de que esta técnica realmente funcione, lo que hace que haya sido catalogada como pseudociencia. En 1948 se realizó un experimento para evaluar las habilidades de varios zahoríes, y los resultados fueron negativos.Por ese motivo la creencia mayoritaria es que se trata de un fraude, y que los zahoríes actuarían en base a un estudio previo del terreno, conociendo de antemano si existía agua en el lugar. Aunque tampoco se descartaba que no todos fueran meros farsantes, aunque sus «aciertos» se debieran al puro azar.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López