Tanto los modelos climáticos, como los estudios sobre el clima del pasado, muestran que, a medida que la Tierra se calienta en respuesta a un aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, las temperaturas aumentan más rápidamente en los polos que en otras regiones del globo. Esto se conoce como amplificación polar.
Pero este calentamiento no es el mismo en ambos polos, de hecho, las temperaturas en el Ártico están aumentando dos veces más rápido que en el resto del globo, mientras que el Antártico lo hacen a un ritmo mucho más lento.
Una posible causa es el derretimiento del hielo en los mares del Ártico, lo que reduce la superficie que puede reflejar la luz solar hacia el espacio y resulta en una mayor radiación solar absorbida por las oscuras aguas del Ártico. Los científicos creen que esta es una importante contribución, pero no es la única.
Ahora un nuevo estudio publicado en Earth System Dynamics, señala que la altura podría ser un factor determinante a la hora de explicar por qué las temperaturas están aumentando de modo tan diferente en las dos regiones.
«En promedio – señala Marc Salzmann, líder del estudio, en un comunicado –, el calentamiento de todo el continente antártico ha sido mucho más lento que el calentamiento del Ártico hasta ahora. Además, los modelos climáticos sugieren que, para fines de este siglo, la Antártida se habrá calentado menos que el Ártico. Esto hizo que nos preguntáramos las razones que podrían explicar las diferencias. Y la altura es una de las grandes diferencias entre ambos polos”.
Con una elevación media de unos 2.500 metros, capas de hielo de 4 kilómetros de profundidad y montañas, como el Monte Vinson, que rozan los 5.000 m,la Antártida es el continente más alto del planeta.

Con el objetivo de evaluar su idea, Salzmann utilizó un modelo informático de la Tierra para averiguar cómo reaccionaría el clima si la concentración atmosférica de dióxido de carbono se duplicara. También realizó el mismo experimento en un planeta en el que la Antártida tuviera la misma elevación que el Ártico. Esto le permitió comparar cómo reaccionaría el planeta a un aumento en las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera si la Antártida no tuviera las mencionadas elevaciones. Y los resultados mostraron que, al reducir la altura de la Antártida, la región responde a los efectos de los gases de efecto invernadero de un modo muy similar al Ártico.

Juan Scaliter