Cada vez estamos más cerca de convivir con hologramas en nuestros dispositivos. Pero hasta ahora uno de los principales obstáculos era conseguir que esta tecnología fuera lo suficientemente delgada como para poder operar en los gadgets modernos.
Ahora, un equipo de expertos del Real Instituto de Melbourne de Tecnología (RMIT), dirigidos por Min Gu, ha allanado el camino hacia la integración de la holografía 3D con smartphones o televisores, al desarrollar un nano-holograma que es sencillo de crear, se puede ver sin gafas 3D y es 1000 veces más delgado que un cabello humano.
«Los hologramas convencionales generados por ordenador – explica Gu en un comunicado – son demasiado grandes para dispositivos electrónicos, pero nuestro holograma ultradelgado supera esas barreras. Nuestro nano-holograma también se fabrica utilizando un sistema de escritura directa láser simple y rápido, lo que hace que sea adecuado para usos a gran escala y fabricación en masa. Integrar la holografía en la electrónica diaria haría irrelevante el tamaño de la pantalla: un holograma 3D emergente puede mostrar una gran cantidad de datos que no encajan perfectamente en un teléfono o reloj”.

Los hologramas convencionales utilizan la luz para dar la ilusión de profundidad tridimensional, pero para lograr este efecto, precisa de un soporte que con un espesor limitado por la longitud de las ondas visibles. Lo que ha conseguido el equipo de Gu, junto al Instituto Tecnológico de Beijing (BIT), es quebrar ese límite con un holograma de 25 nanómetros basado en un nuevo material cuántico.La fina película de este material actúa como una cavidad resonante óptica que puede mejorar los desplazamientos para la formación de imágenes holográficas. El estudio ha sido publicado en Nature.
De acuerdo con Gu el potencial de esta técnica es enorme: “Desde el diagnóstico médico hasta la educación, el almacenamiento de datos, la defensa y la seguridad cibernética, la holografía 3D tiene el potencial de transformar una serie de industrias y esta investigación trae esa revolución un paso más cerca. Nuestro siguiente objetivo es crear películas delgadas, flexibles y elásticas, que puedan utilizarse en toda una gama de superficies”.

Juan Scaliter