Las cámaras de visión trasera empiezan a ser habituales en los coches nuevos, y por una buena razón: estos dispositivos compactos te permiten ver lo que ocurre detrás del coche y reducen así la posibilidad de arrollar una bicicleta o, lo que es peor, al niño que va montado en ella. Además, facilitan la tarea de aparcar en paralelo. Pero la mitad de los vehículos en circulación tiene más de diez años y, por tanto, la mayoría de los coches y camiones no cuentan con tal accesorio. Si no tienes previsto comprar uno nuevo, pero deseas disfrutar de la tranquilidad que te proporciona una cámara así, te alegrará saber que no es difícil instalar una tú solo.

Ya existen muchos modelos listos para instalar, con distintos precios, según el tamaño y la resolución de la pantalla. Como ejemplo, hemos elegido una cámara inalámbrica que ofrece un buen equilibrio entre su calidad y la sencillez de la instalación.

Espejo unidireccional

Famoso por las pelis policíacas, deja pasar la luz por un lado y la refleja por el otro. El efecto reflector se anula cuando la luz pasa desde detrás de la cara con espejo, como ocurre con la pantalla de nuestra cámara.

Instalación

Varios de los modelos que puedes conseguir con facilidad por internet están formados por tres elementos: la cámara, que se monta en las grapas de la matrícula trasera; un transmisor, que envía la señal inalámbrica de vídeo; y un espejo retrovisor con una pantalla integrada. Un cable de señal sale de la cámara y recorre el maletero o zona de carga y se inserta en un pequeño transmisor del cuadro de control. Puede que tengas que recurrir a tu creatividad para llevar el cable al interior. Nosotros lo deslizamos tras la lámpara de la matrícula, pero quizá tengas que hacer un pequeño orificio en el maletero o la portezuela de la camioneta y usar la pequeña arandela que viene en el kit para proteger el cable del borde del orificio.

Para alimentar el transmisor hay que conectarlo al cableado de la luz de retroceso, que solo recibe energía cuando se activa la marcha atrás. Nosotros tardamos 15 minutos en montar la cámara, y no dejamos ningún rastro visible de la instalación. Al ser inalámbrica la transmisión, no tuvimos que pasar cables de señal por el habitáculo. La carcasa del espejo alberga el receptor de la señal de vídeo, un monitor de 640 x 480 píxeles de resolución oculto tras un espejo unidireccional y varios botones para ajustar la imagen.

El espejo resultó incluso más fácil de instalar que la cámara. Solo hay que colocarlo sobre el antiguo [3] y sujetarlo a él con las dos abrazaderas y las tiras de Velcro incorporadas. Para llevar corriente al espejo nuevo hay varias opciones. Una es insertar el cable de alimentación que sale de la parte superior en el borde de la tapicería del techo, guiarlo tras ella hacia el pilar A del conductor y desde ahí al salpicadero.

Puede que necesites un destornillador o un producto especial para separar la tapicería. Cuando lo hayas introducido en el salpicadero, puedes enchufarlo al encendedor o conectarlo de forma permanente a un circuito dependiente del contacto. Nosotros elegimos esta opción y lo unimos a la caja de fusibles, realizando una inserción en el circuito de la radio,
que se enciende con la llave. Usa una bombilla de prueba y la llave de tu coche para encontrar un circuito apropiado en tu caso. Siendo muy puntilloso, deberías tardar de 30 a 45 minutos en todo el proceso. Si no lo eres, solamente unos diez.

Buena conexión

Pinza crimpadora
La herramienta indispensable para cablear. Corta el cable, retira el aislamiento y dobla los conectores, para los que tiene puntos rojos, azules y amarillos. Utiliza el orificio cuyo número coincida con el calibre de tu cable.

Conexiones
¿Con terminal redondo, de horquilla o de lengüeta?

Instalación permanente en un perno: redondo.

En un enclave raro de donde rara vez se quita: horquilla.

Conectar cables: lengüeta.

Colores por grosor del cable:

Rojo: hasta 1,5 mm.

Azul: hasta 2,5 mm.

Amarillo: hasta 6 mm.

Resultado

¿Y qué tal funciona? Sorprendentemente bien. Nos impresionó lo deprisa que se activan la cámara y la pantalla cuando se da el contacto y se mete la marcha atrás. La imagen es muy clara (incluso en una pantalla de 3 pulgadas), y la cámara da muy buen resultado tanto con mucha como con poca luz. Sin embargo, al conducir por ciudad nos dimos cuenta de que, como el receptor está siempre encendido y buscando la señal de la cámara, cuando le llega una señal de vídeo de otra fuente, la pantalla se enciende y la muestra. El efecto es un poco extraño cuando le llegan interferencias. En un recorrido de 60 km, la pantalla se activó y mostró la típica imagen de una televisión sin sintonizar dos veces. En una ciudad grande podría resultar un efecto molesto, pero sencillo de solucionar: solo tienes que apagar el espejo mientras vas callejeando.