Un demonio en tu motor. John  Paul Pennebaker fue un artista pionero en utilizar los montajes fotográficos con finalidades publicitarias. Un buen ejemplo es esta imagen que fue usada en 1933 como anuncio por la industria automovilística de Chicago.

Ocho retratos en uno. Allain de Torbechet fue el primer fotógrafo francés que huyó del realismo. Se hizo famoso a finales del siglo XIX por una serie de fantasiosos y manipulados autorretratos (como este, en el que hace juegos malabares con su propia cabeza).

©Collection of Christophe Goeury

Artista y modelo. En 1894, el fotógrafo francés Maurice Guibert realizó una serie de retratos del pintor Toulouse-Lautrec, incluyendo este trucaje en el que el artista posa para sí mismo

Fotógrafo gay. Especializado en fotos de temática homoerótica, F. Holland Day usó el rostro del actor Ramón Novarro para simular el de Orfeo fundido con la naturaleza.

© The Royal Photographic Society at the National Media Museum

El poder germano. Realizado por un artista alemán no identificado, este montaje fotográfico es una alegoría de la I Guerra Mundial. Simboliza el supuesto poder del Ejército prusiano, listo para machacar a unos diminutos franceses, ingleses y rusos.

© The Metropolitan Museum of Art

Alegoría financiera. En 1930, en plena Gran Depresión, un artista desconocido hizo este montaje que simboliza a los grandes banqueros haciendo filigranas con la economía y con un pie en el abismo. Una imagen que aún hoy sigue resultando de plena actualidad.

© Collection of George Eastman House

‘El arte de la manipulación fotográfica’. Así se titula el tratado que sobre la materia publicó Robert Johnson, experto en “adecentar” imágenes alterando los negativos para que el sujeto retratado saliera favorecido.

© The Metropolitan Museum of Art

Yo, gata. Seguidora del surrealismo, la fotógrafa vanguardista italiana Wanda Wulz estaba obsesionada con los gatos, animales que aparecen en casi todas sus obras. Su pieza maestra es este autorretrato de 1931 en el que fusionó su rostro en el negativo con el de su gata preferida.

© Alinari / Art Resource. Wanda Wulz

Hombre bicéfalo. Realizado por un artista anónimo en 1855, el montaje se logró superponiendo dos imágenes en un solo negativo.

© The Nelson-Atkins Museum of Art

El sonámbulo. Los surrealistas se aficionaron muy deprisa a las imágenes manipuladas, ya que con ellas podían recrear toda la riqueza del mundo onírico, tal y como ocurre con este trucaje realizado por George Platt Lynes en 1935.

©The Estate of George Platt Lynes

El káiser y Hitler. Un fake contra el imperialismo alemán, obra del ruso Alexander Zhitomirsky y fechado en 1941.

© Robert Koch Gallery, San Francisco

Retrato feminista. La alemana Greta Stern utilizó en 1940 los montajes para denunciar la opresión femenina (simbolizada aquí por la mujer cosificada como una lámpara).

Parajes del más allá. Gracias a la yuxtaposición de elementos, Jerry Uelsmann se especializó en crear inexistentes paisajes que parecen de otro mundo (como este, de 1969). La fama de su obra hizo que le encargaran ilustrar varios libros de Stephen King.

© Jerry N. Uelsmann