En 1999, The London Times eligió El informe Hite (1975) como uno de los cien libros clave del siglo XX. En esta obra, Shere Hite sostuvo como resultado de sus investigaciones que para que la mujer alcanzara el orgasmo era más importante la estimulación del clítoris que la penetración. Afirmar que el placer femenino no procedía de la mera penetración puso en tela de juicio la concepción rigurosamente reproductora de la sexualidad, basada en estereotipos que tachaban de “inmaduras” a las mujeres que necesitaban una estimulación prolongada del clítoris para tener orgasmos. Muchos se llevaron las manos a la cabeza al pensar: “¡Cómo es posible que el pene no sea indispensable para que la mujer alcance el cenit del placer”. Así, la estimulación oral o manual del clítoris se convirtió en el aspecto central de la sexualidad femenina a partir de la segunda mitad del siglo XX. Prácticamente todas las mujeres (el 96%, según algunos estudios) se masturban estimulándose el clítoris, y solo un 2% lo hace sin esa autoestimulación, limitándose a introducirse dedos o algún objeto en la vagina.

Redacción QUO