P ¿Cuál ha sido el mito más interesante en el que habéis trabajado? ¿Tenéis alguno favorito?

R Hay diferentes categorías: hay mitos en los que la historia por sí sola hace que sea un gran episodio, y en ese caso creo que el dedicado a la NASA y el Especial de Tiburones son algunos de los mejores programas que hemos hecho hasta ahora. Por otro lado, hay historias donde nos divertimos mucho y que incluyen algunas de las cosas más locas que hemos hecho, como conducir un autobús a 50 millas por hora y estrellarlo. Luego hay otras donde nos sentimos especialmente orgullosos desde el punto de vista científico, como aquella en la que dejamos caer un penique desde el Empire State para ver si te mata cuando llega al suelo.

O en el que probamos si una bala lanzada hacia arriba en el aire puede matarte cuando cae hacia abajo. En ambos creo que alcanzamos un nivel de demostración científica elegante y de investigación que no se había hecho anteriormente.

P ¿Y la experiencia más embarazosa que habéis pasado durante el rodaje de la serie?

R ¿Por dónde quieres que empiece? A los dos nos han afeitado el cuerpo íntegramente y nos lo han pintado de dorado. A mí [Adam Savage] me han tomado la temperatura por vía rectal. Nos hemos vestido con trajes de látex para correr en la lluvia. Ambos hemos descubierto hace mucho tiempo que la buena televisión y la dignidad a menudo están enfrentadas.

P ¿Creéis que sois una fuente de inspiración para la gente joven que estudia ciencia o ingeniería?

R Sí, de hecho la gente nos dice casi a diario que en los últimos siete años de emisión del programa se han decantado por estudiar ingeniería o algún campo de la ciencia después de ver Los cazadores de mitos. Una vez más, esta es una de las cosas más extraordinarias que ha supuesto hacer el programa, y que desde luego no nos esperábamos.

P ¿Cuál es el último gadget que os habéis comprado?

R Yo [Adam Savage ] estoy especialmente enganchado a mi iPhone, y lo uso con demasiada frecuencia. De hecho, mi mujer y yo hemos convenido últimamente que no vamos a usarlo nunca más durante la comida.

Redacción QUO