Einstein no era ni buen padre ni buen esposo, y dejó de prestar atención tanto a su antes adorada pareja como a los dos hijos de ambos. En 1912, cuando todavía estaba casado, retomó un antigua relación con su prima Elsa. Al contrario que Mileva, Elsa era bella y elegante y adoraba las tareas del hogar. Él abandonó a Mariç, de la que se divorció para casarse con su prima.

La concesión del premio Nobel a Albert en 1921 representó para ella una cierta justicia poética… y no sólo poética. En su acuerdo de divorcio, él le concedía la totalidad del monto económico de un posible premio Nobel. De esta manera, cuando ya llevaban tres años divorciados, Mileva Mariç recibió una ‘consolación’ de 120.000 coronas suecas, una cifra que en la actualidad representaría alrededor de 260.000 euros.

-¿Es verdad que Mileva Mariç, la mujer de Albert Einstein, fue coautora de las principales teorías físicas de Albert Einstein?

Mileva Mariç y Albert Einstein eran amigos, compañeros y colegas científicos. No en vano, Maric era una excelente matemática: fue una de las primeras mujeres en cursar una carrera de ciencias (en su caso, matemáticas y física). Estudiaron juntos desde 1896, en el Politécnico de Berna en Suiza, y aunque al principio no se atrajeron mutuamente en pocos años acabaron enamorados. A principios del siglo ya eran pareja de hecho, conviviendo aun antes del matrimonio.

En sus cartas, llenas tanto de encendida pasión como de profundas discusiones científicas, Albert hablaba en plural de sus investigaciones («nuestra teoría de las fuerzas moleculares»). Ello ha llevado a algunos historiadores a concluir que las investigaciones del premio Nobel deberían en realidad haber estado firmadas por ambos.

Mariç era una excelente matemática, campo en el que Einstein más flojeaba, y es seguro que ella le fue de gran ayuda en la corrección de pruebas y en parte de sus conclusiones. Sin embargo, nunca reclamó dicho honor y jamás se sabrá por tanto cuál fue su verdadera participación en las teorías del gran científico.

Redacción QUO