Los amantes del cine están de luto. Ha muerto William Goldman, probablemente uno de los más brillantes guionistas del cine norteamericano de los años 60, 70 y 80. Seguramente el gran público le recordará por ser el autor de La princesa prometida, novela de la que también realizó la adaptación para el cine. Pero, además, fue el guionista de películas tan célebres como Dos hombres y un destino y los Todos hombres del presidente. Por las cuales además ganó el premio Oscar.

Goldman tenía la facilidad para dotar a todos sus guiones de un sutil sentido del humor, que aliviaba siempre la tensión del relato, y que restaba gravedad a la historia, anclándola en el suelo. Y esa facilidad se plasmaba en unos diálogos, cortos, brillantes y pegadizos.

Como homenaje a su figura, hemos realizado una selección de algunos de los más recordados.

1

Harper, investigador privado (1966)

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A mediados de los años 60, esta película revitalizó el cine negro americano. En ella, Paul Newman interpretaba a un desencantado detective privado, con una vida privada desastrosa. Una delas escenas más recordadas es aquella en la que, al descubrir que se le ha acabado el café, recoge los posos usados de la papelera, y los vuelve a meter en la cafetera.

Pero entre sus afilados diálogos destaca aquel en el le dice a su mejor amigo, interpretado por Arthur Hill:

«El fondo está lleno de buenas personas, Herb. Solo los bastardos flotan…. Como el aceite».

2

Dos hombres y un destino (1969)

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Sin lugar a dudas, uno de los mayores éxitos de su carrera fue este western en clave de comedia, protagonizado por Paul Newman Y Robert Redford.

De entre sus diálogos, la frase más famosa tal vez sea la que el personaje de Butch Cassidy (Newman) le dice a su compañero, antes de enfrentarse con un gigantesco forajido que le disputa ser el jefe de la banda:

«Oye, no me importa perder, pero si el resultado es que yo muero… mátalo».

La frase refleja a la perfección el caracter picaresco y tramposo del personaje. Aunque más adelante, su faceta más tierna también queda al descubierto cuando, tras dar un paseo en bicicleta, le dice al personaje encarnado por Katharine Ross:

«Montas en mi bicicleta, y eso en algunos países es como estar casados».

3

La princesa prometida (1987)

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Esta adaptación de su famosa novela no necesita presentación. En ella, Goldman realizaba una revisión y actualización de los tradicionales cuentos sobre romances y aventuras.

Y en ella, Goldman dio abundantes muestras a la hora de escribir frases irónicas e ingeniosas:

«…Somos hombres de acción, no nos hace falta mentir».

Como otras cargadas de romanticismo:

«Aquel día por fin comprendió que cuando Westley decía, lo que deseéis, en realidad estaba diciendo, te amo».

Aunque probablemente, la más famosa de todas sea la que pronuncia el espadachín español interpretado por Mandy Patinkin (en la foto):

«Me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. prepárate a morir».

4

Un puente lejano (1977)

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Probablemente, este sea uno de los mejores filmes bélicos de la historia del cine. la película reconstruía uno de los mayores fracasos militares que sufrieron los aliados durante la II Guerra Mundial.

Y, personalmente, confieso que siempre he sentido una especial debilidad pro este diálogo que a principio de la película mantienen los personajes del general Browning (Dirk Bogarde), y el general Sosabowski (Gene Hackman).

-¿Le disgusta algo, general Sosabowski?

-No he dicho nada.

-Ya, pero sus silencios acostumbran a ser muy elocuentes.

-General Browning, yo soy polaco. Y algunos me consideran inteligente. Si eso es cierto, pertenezco aun grupo minoritario. y los grupos minoritarios estamos mejor en silencio.

-Quiere decir, que no aprueba el plan.

-General, celebro que su mariscal Montgomery haya alumbrado este plan. le aseguro que entraré en éxtasis si da resultado.

.Cuando de resultado.

-… Cuando de resultado.

5

Marathon man (1976)

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Quien haya visto este magnífico thriller, jamás olvidará la escena en la que el criminal de guerra nazi interpretado por Laurence Olivier, tortura con instrumental de dentista, al joven estudiante de historia encarnado por Dustin Hoffman. Y al finalizar el tormento, le dice:

«Usted es historiador, y yo soy parte de la historia. espero que me haya encontrado interesante».

6

Todos los hombres del presidente (1976)

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Goldman ganó su segundo Oscar por el guión de este filme que reconstruía con estilo documental, el caso Watergate.

Probablemente, su frase más mítica es aquella en la que el confidente apodado Garganta Profunda, en respuesta a un pregunta del personaje de Bobo Woodward (Robert Redford), sobre como encontrar a los responsables de la trama, le dice:

«Siga el dinero».

Aunque mi favorita es aquella en la Woodward y Bernstein conversan sobre la relevancia de uno de los personajes a los que están investigando:

-Es un pez gordo.

-Lo siento, pero no entiendo de pesca.

Vicente Fernández López