Nombre: Fernando Escalero

Período sangriento: 1987-1995

Categoría: Asesino desorganizado
Actuaba: En Madrid
Víctimas confesas: 15
Víctimas probadas: 11

Antecedentes
1. Desde su adolescencia se colaba en el cementerio de la Almudena de Madrid para profanar tumbas.
2. Espiaba, y a veces agredía, a parejas que hacían el amor en coches o en chalés.

El desenlace

1. En 1995, las mismas voces que le incitaron a cometer sus crímenes le dijeron que se suicidase. Se arrojó delante de un coche, pero solo consiguió romperse una pierna.

2. En el hospital confesó sus crímenes a las enfermeras y pidió que le detuvieran, porque no quería seguir matando.

3. Recluido en un psiquiátrico, se convirtió en un ser solitario, nada agresivo y que no habla con nadie.

Un asesino de película de terror

Alcohólico y mentalmente perturbado, sus crímenes se caracterizaron por su extrema violencia y sadismo y por cometerse en sitios como vertederos de basura o camposantos.

Voces, malditas voces

En 1973 empezó a escuchar voces en su cabeza que en 1987 (según él) le incitaban al asesinato.

El brindis de la muerte

Sus víctimas eran prostitutas y mendigos a los que invitaba a beber.

Traicionero como una cobra

Cuando estaban suficientemente borrachas, las apuñalaba a traición.

Sadismo sin límites

Decapitaba los cuerpos y cometía actos de necrofilia.

Sin dejar pistas

Les arrancaba las yemas de los dedos, para que no las identificaran por sus huellas.

El fuego purificador

Cubría los cadáveres con papeles de periódico y les prendía fuego.