Cuando los libros de texto de anatomía muestran la próstata femenina (no todos lo hacen), el tejido glandular a veces se exhibe con conductos que trasladan fluido a dos aberturas minúsculas cercanas a la uretra, justo por encima de la vagina. Otros sugieren que podría haber hasta 20 conductos, y que desembocan en la uretra, cerca de su abertura externa (véase la ilustración de la página anterior).

Uno de los reportajes más interesantes sobre la eyaculación femenina fue publicado en The Journal of Sexual Medicine en 2007, y fuer realizado por un equipo liderado por Florian Wimpissinger, urólogo austríaco del Hospital Rudolfstiftung de Viena.

¿Tiene una función evolutiva?

Dos mujeres de 40 años acudieron a una clínica de medicina sexual por “expulsiones significativas de fluidos durante el orgasmo”. Las mujeres aceptaron dar muestras del fluido masturbándose en el laboratorio. Cuando lo analizaron, se halló que dicho fluido era distinto químicamente de la orina, con un alto nivel de PSA y otras características más semejantes a la eyaculación masculina.
Una cuestión que se aborda raramente, no obstante, es si la eyaculación femenina tiene una función biológica. Es tentador especular sobre el propósito que podría cumplir la eyaculación femenina. Whipple y Perry han sugerido que esta se desarrolló para combatir infecciones de la uretra y de la vejiga. Muchas secreciones y fluidos del cuerpo (la saliva, las lágrimas y también la eyaculación masculina), están inundados de compuestos que inhiben el crecimiento de bacterias.
Las infecciones del tracto urinario son frecuentes en las mujeres. La emisión de fluido antimicrobiano en la entrada de la uretra podría ayudar a combatir dichas bacterias.
Actualmente, junto a mis colegas, estoy investigando si la eyaculación femenina contiene algunos de los compuestos químicos antimicrobianos presentes en el semen, como por ejemplo, el zinc. Si es así, este fenómeno fascinante y largo tiempo ignorado podría resultar algo más que una simple curiosidad sexual.

Redacción QUO