Vivimos en un tiempo en el que todo se personaliza, desde el ordenador al móvil. Por ese motivo, lo más cool en el negocio de las pompas fúnebres es la posibilidad de tunear tu propio funeral. Porque en EEUU ya hay gente que organiza sus exequias antes de morirse, apalabrando el evento con ciertas empresas que les garantizan que todo se hará a su gusto. No hay límites para las fantasías del futuro finado: desde un ejército de moteros que acompañen al ataúd, hasta una fiesta de despedida en la discoteca más in. Y para que el espíritu del interesado esté presente, se le graban unos vídeos que se proyectarán durante el funeral para que los asistentes levanten sus copas y digan: “Qué gran tipo era”.

Redacción QUO