A pesar de que la calvicie afecta a alrededor del 80% de hombres caucásicos (de más de 70 años) hasta hoy ha sido un enigma para los científicos. De hecho, los tratamientos existentes para la calvicie se descubrieron por casualidad; Rogaine, por ejemplo, comenzó originalmente como un fármaco indicado para la presión alta y otro de ellos, Propecia, estaba indicado para la próstata.

Un nuevo estudio publicado en la revista Science asegura haber identificado una molécula llamada prostaglandina D2 (PGD2), que inhibe el crecimiento del cabello, lo que podía proporcionar una ayuda para la fabricación y diseño de futuros tratamientos contra la calvicie.

Para realizar el estudio, los investigadores analizaron fragmentos de cuero cabello que habían sido descartados por pacientes que se habían sometido a la cirugía de trasplante de cabello (¿Dónde iban a encontrar los investigadores voluntarios que les quisieran ceder un trozo de su cuero cabelludo?). Comparando los tejidos de los calvos con personas no calvas, los investigadores descubrieron que el cuero cabelludo de las personas calvas tenía diez veces más niveles de PGD2 y PTGDS. El gen de la PTGDS también está más presente cuando hay testosterona de por medio, lo que puede explicar porque la calvicie es más frecuente en los hombres.

Una vez que los científicos identificaron PGD2 como la culpable potencial de la calvicie, los ensayos en ratones fueron el siguiente paso. Encontraron que los ratones con niveles inusualmente altos de PGD2 también tenían los folículos pilosos atrofiados y por ello les creció menos pelo. Cuando los investigadores pusieron el PGD2 en ratones vivos, así como en los folículos humanos que habían utilizado, encontraron que, también, la molécula inhibe el crecimiento del cabello en ambos casos. Así que ya sabemos cual es la culpable de la calvicie: la prostaglandina.

Redacción QUO