Una de las líneas de investigación más punteras en materia de envases es la de los denominados «envases activos». «El envase habitual es un mero contenedor» indica Ramón Català, investigador del CSIC especialista en esta materia. «El envase activo, en cambio, va más allá, actúa con el producto y puede formar parte del sistema de conservación, eliminar olores o ceder moléculas que son necesarias, como un colorante o un antioxidante». El envase activo, por tanto, es aquel que prolonga la vida o mejora del alimento envasado mediante la interacción con éste.

De hecho, ya existen productos en recipientes que controlan la humedad, evitan el vaho o absorben el oxígeno para que no se oxiden antes de tiempo.
En cuanto a los formatos, los envases serán más personalizados y se adaptarán a las nuevas exigencias. «Hace unos años», indica Català, «todo eran grandes formatos para ahorrar, pero ahora hay muchos envases pequeños porque muchas familias son monoparentales, que no pueden comprar un envase de dos kilos porque les sobra todo». Los nuevos tiempos requerirán nuevas soluciones, como las peculiaridades que plantea el comercio electrónico. «No es lo mismo comprar un producto en la tienda que mandarlo por correo», asegura el científico, «requiere unas especificaciones en peso, tamaño, volumen… y sobre todo adaptarse al movimiento».

La verdadera revolución, según Català, vendrá por los denominados «envases inteligentes«. Ya hay algunos atisbos de lo que supondrá este cambio, como los alimentos congelados cuyo envase cambia de color cuando se rompe la cadena del frío. Pero los avances irán mucho más allá. «No tardaremos mucho en ver que, igual que ahora llevan un código de barras, los envases dispondrán de un chip que nos dará mucha más información», dice Català. Es decir, iremos al supermercado y el envase nos dirá en qué fecha se empaquetó, qué tal conservado está… «Ni siquiera habrá que ir a pagar al cajero», asegura el experto. «Simplemente cogerás el envase y éste transmitirá la información de la compra a tu banco».

Redacción QUO