Eso creemos casi todos, pero lo cierto es que los de telecomunicaciones son solamente una parte de esa familia flotante de hierro. La teledetección ocupa a decenas de satélites en tareas científicas y medioambientales insospechadas. Y, por una vez en la vida, aparte de hacerlo para buscar a Bin Laden, los países están aunando esfuerzos tecnológicos para ver esa Tierra que no se ve desde la Tierra.

Redacción QUO